
La historia oculta de los castrati
Las voces angelicales que escondían un sacrificio brutal

Do, Re, Mi-L datos portada
En los siglos XVII y XVIII, las óperas de Europa tenían estrellas muy particulares: los castrati. Eran niños castrados antes de la pubertad para evitar que su voz cambiara. El resultado era un registro agudo, parecido al de una soprano, pero con la potencia pulmonar de un adulto.
Estos cantantes alcanzaban notas imposibles y dominaban los escenarios de ciudades como Roma, Nápoles o Viena. Eran tan famosos como los actuales rockstars, venerados por la nobleza y seguidos por multitudes. Sin embargo, detrás de su brillo había una dura realidad: muchos niños no sobrevivían al procedimiento, y solo unos pocos llegaban a convertirse en artistas reconocidos.
Con el paso del tiempo, la práctica fue considerada inhumana y prohibida. Hoy, la historia de los castrati nos recuerda hasta dónde se ha llegado por el arte y la obsesión por lo “extraordinario”.
👉Dato curioso:
El último castrato reconocido fue Alessandro Moreschi, que dejó grabaciones a inicios del siglo XX. Aunque su calidad técnica fue cuestionada, sus discos son un testimonio único de aquella práctica.

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