Kristin Cabot rompe el silencio tras el escándalo de la ‘kiss cam’ en concierto de Coldplay

Después de que el nombre de Kristin Cabot se volviera viral en redes sociales por un video en el que aparece abrazada con su entonces jefe, Andy Byron, durante un concierto de Coldplay, la ejecutiva ha decidido finalmente romper el silencio para hablar del escándalo que puso su vida personal y profesional bajo el escrutinio público.

El incidente ocurrió en julio de 2025 durante un show de la gira Music of the Spheres en el Gillette Stadium de Boston, cuando la famosa kiss cam enfocó a Cabot y Byron abrazados. La reacción nerviosa de ambos, tratando de ocultarse rápidamente, desató una ola de especulaciones y críticas en redes sociales, con usuarios sugiriendo un posible engaño a sus parejas.

Tras semanas de silencio mediático, Cabot habló con The New York Times y otros medios, describiendo el momento como una “mala decisión” influida por la situación y la consumición de alcohol esa noche, pero aclaró que no hubo una relación amorosa prolongada con Byron. Ella aceptó que fue un error, pero señaló las consecuencias desproporcionadas que enfrentó.

Como resultado del video, tanto Cabot como Byron renunciaron a sus cargos en la empresa tecnológica Astronomer, donde ella era directora de Recursos Humanos y él era CEO. El impacto en su carrera profesional fue inmediato: Cabot perdió su trabajo y se enfrentó a una intensa reacción pública que incluyó acoso en redes y amenazas, mientras que Byron también se retiró tras las acusaciones generadas por la exposición del clip.

Además de hablar de lo vivido, Cabot relató que la viralización del video la convirtió en objeto de memes y comentarios negativos, lo que afectó incluso a su vida familiar y su reputación profesional. Afirmó estar centrada ahora en reconstruir su vida, apoyar a sus hijos y usar la experiencia como una lección sobre responsabilidad personal y la cultura de juicio en línea.

Este suceso se convirtió en uno de los temas virales más comentados del año, generando debates sobre privacidad, juicio mediático y la rapidez con que un simple momento captado en cámara puede alterar la vida de quienes aparecen en él.