Después de un largo divorcio legal que finalizó en diciembre de 2024, Brad Pitt admite que su mayor arrepentimiento es no haber podido reparar lo que se rompió durante la separación de Angelina Jolie, especialmente por el efecto en su relación con sus seis hijos.

En una profunda entrevista para el podcast Armchair Expert con Dax Shepard, Pitt, de 61 años, compartió que tras el colapso de su matrimonio se encontraba “casi de rodillas”, y que decidió unirse a Alcoholics Anonymous (AA) para encontrar un propósito y sanar. "Fue un momento oscuro. Necesitaba reiniciar, despertar en ciertas áreas", relató.

Pitt describió AA como un espacio sin juicio, donde hombres compartían experiencias con honestidad e incluso humor, lo que le permitió crecer y sentirse “liberado” al sacar a la luz sus lados más vulnerables. Además, confesó que la terapia fue igual de vital para responsabilizarse y asumir sus errores.

En declaraciones anteriores a la revista GQ, Pitt reconoció que su proceso de divorcio fue “divisivo, tóxico” y que, aunque no culpa por completo a Jolie, su separación “controló su vida durante años”. Admitió que la batalla legal provocó una fractura emocional con sus hijos, varios de los cuales incluso decidieron retirar su apellido, como Shiloh, quien legalmente cambió su nombre.

Aunque el cierre legal llegó hace meses, el dolor emocional persiste. Una fuente cercana señaló que Pitt "ama a Angelina y sabe que cometió errores", pero mientras él busca reconstruirse y “seguir adelante”, el daño familiar aún se siente. Hoy mantiene una relación con Ines de Ramon, de 32 años, y enfocó su energía en proyectos como la película F1, estrenada hace poco.