Este 17 de junio de 2025, el Dr. Salvador Plasencia, uno de los cinco acusados por la muerte de Matthew Perry, se declaró culpable en un tribunal federal de Los Ángeles por distribuir ketamina al actor en al menos cuatro ocasiones entre septiembre y octubre de 2023.

De acuerdo con el acuerdo judicial, Plasencia, que tenía una clínica en Malibú, habría cobrado hasta USD 2,000 por frasco de ketamina, instruyó al asistente personal de Perry, Kenneth Iwamasa, en la administración de la droga y falsificó registros médicos para encubrir su actuar. Las autoridades lo acusan de formar parte de una red clandestina que se aprovechó de la adicción del actor, generando ganancias económicas substanciales.

Tres cómplices —el médico Mark Chavez, el asistente Iwamasa y Erik Fleming— ya se habían declarado culpables en 2024. La única acusada que aún permanece en juicio es Jasveen Sangha, conocida como “la reina de la ketamina”.

Aunque enfrenta hasta 40 años, se estima que, al cooperar, la condena de Plasencia podría reducirse a entre 15 y 21 meses. Su sentencia está pendiente.

Este caso resalta la complejidad de la ketamina, una sustancia con usos médicos legítimos pero también propensa al abuso —como ocurrió en este trágico episodio.