Rachel Zegler, la estrella de West Side Story y Snow White, ha generado un verdadero fenómeno esta semana en su debut en el West End como Eva Perón en el musical Evita. En una escena inesperada, apareció el pasado sábado 14 de junio en el balcón exterior del London Palladium vestida de blanco y con una peluca rubia para cantar “Don’t Cry for Me Argentina”, lo que provocó una oleada de asombro entre los transeúntes, quienes captaron el momento y lo dieron a conocer en redes.

Lo sorprendente es que esta escena se ha convertido en un ritual diario dentro de la producción: cada noche, alrededor de las 21:05 h, Zegler interpreta en vivo desde el balcón, mientras el público asistente lo observa en pantallas dentro del teatro —un recurso narrativo del director Jamie Lloyd que rompe la cuarta pared e integra al público externo.

Algunas audiencias lo han calificado como una puesta en escena inclusiva y memorable. En palabras de Radio Times:

“Si estás molesto por el solo en el balcón, estás totalmente perdiendo el punto”.

Sin embargo, otros espectadores que pagaron hasta £250 por sus boletos expresan su descontento: consideran que el clímax del musical queda fuera de su vista directa, ya que dentro solo lo disfrutan en diferido mediante video.

Un debut con contexto emotivo 

Rachel ya había comentado que cantar esa canción junto a su padre de niña en el patio de su casa fue un sueño hecho realidad. El musical se presentará hasta el 6 de septiembre, con funciones para público general y una serie de entradas accesibles a £25 para jóvenes, trabajadores esenciales y personas con beneficios sociales.

Este momento ha encendido tanto entusiasmo como debate en redes y prensa. Mientras algunos lo celebran como un “show stopper” que humaniza a Eva en su papel de “voz del pueblo”, otros advierten que redefine de forma drástica la experiencia escénica para los espectadores de butaca.