La nostalgia se apoderó de la alfombra roja este 24 de julio de 2025, cuando Lindsay Lohan y Jamie Lee Curtis llegaron a la premiere en Ciudad de México de Otro viernes de locos, la esperada secuela de la cinta de 2003 que marcó a toda una generación. Lo que nadie esperaba fue el emotivo momento que compartieron con Angélica Rivera y su hija Sofía Castro, quienes acudieron como invitadas especiales al evento.

La interacción entre ambas duplas de madre e hija —una hollywoodense y otra mexicana— se volvió viral por su calidez, admiración mutua y por representar cómo las historias del cine trascienden fronteras y generaciones.

Sofía, visiblemente emocionada, compartió el momento en sus redes con una foto junto a las protagonistas y un mensaje sincero:

“Crecí viéndolas… ¡y hoy las conocí! Dreams do come true. Un sueño haberlas conocido… Siempre fui muy fan de esta película.”

También agradeció a Disney por la invitación y a su mamá, Angélica Rivera, por acompañarla en este recuerdo inolvidable.

Por su parte, Angélica también se mostró conmovida por el encuentro. A través de Instagram, dedicó palabras llenas de cariño a las actrices:

“Del VHS y DVD… a la vida real. Hermoso conocerlas. Jamie Lee Curtis, como lo platicamos hoy, personas como tú cambian el mundo. Lindsay Lohan, gracias por marcar la infancia de mis hijas. Mi admiración por siempre.”

Jamie Lee, conocida por su cercanía con los fans, respondió con afecto y admiración hacia el cariño del público mexicano, mientras que Lindsay posó sonriente con ambas invitadas, celebrando este inesperado momento que unió dos mundos distintos bajo el amor por el cine.

🎬 Una noche mágica para los fans

El evento se llevó a cabo en Plaza Toreo, donde cientos de fans corearon frases de la película, llevaron posters y celebraron el regreso de las actrices a la gran pantalla, ahora como madres y con nuevas historias qué contar.

Curtis destacó durante entrevistas que volver a trabajar con Lohan fue como “volver a casa”, mientras que Lindsay mencionó que esta secuela será “un regalo para quienes crecieron con nosotras”.

La presencia de Rivera y Castro en el evento, más allá del glamour, sumó una dosis de emoción auténtica, reforzando cómo el cine puede unir generaciones y derribar barreras culturales.