
¿La música puede manipular tus decisiones de compra?
El poder invisible del sonido en el marketing

Do, Re, Mi-L datos portada
La próxima vez que entres a una tienda, pon atención: la música que suena de fondo no está ahí por casualidad. Diversos estudios demuestran que las empresas usan la música como una herramienta para influenciar el comportamiento de los clientes.
Por ejemplo, se ha comprobado que en supermercados, cuando se toca música clásica, los compradores tienden a elegir productos más caros y sofisticados. En cafeterías, la música relajada invita a quedarse más tiempo, mientras que en cadenas de comida rápida predominan los ritmos acelerados que generan un consumo más rápido y rotación constante de clientes.
Incluso el volumen importa: un estudio en restaurantes mostró que con música más alta, los clientes pedían bebidas más fuertes y rápidas, mientras que con música suave elegían comidas más tranquilas y largas charlas. Es un recordatorio de cómo la música no solo acompaña, sino que dirige nuestro estado de ánimo y, de paso, nuestras decisiones de consumo.
👉 Dato curioso:
En 1997, un experimento en una tienda de vinos descubrió que cuando sonaba música francesa, los clientes compraban más vinos franceses; al cambiar a música alemana, las ventas de vinos alemanes aumentaban.

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