No es necesario que una canción tenga palabras para generar emociones fuertes. La música instrumental puede activar zonas del cerebro relacionadas con la memoria, la emoción y la recompensa, como la amígdala y el hipocampo. Esto ocurre porque el cerebro asocia ciertos sonidos, armonías y progresiones musicales con experiencias pasadas o estados emocionales específicos.

Por esta razón, la música es ampliamente utilizada en cine, series y videojuegos: puede hacer que una escena sea más triste, tensa o esperanzadora sin necesidad de diálogo. Incluso puede provocar escalofríos, lágrimas o una sensación de euforia.

👉Dato curioso:

Una melodía instrumental lenta en tono menor (como las usadas en escenas dramáticas) puede provocar tristeza o nostalgia, aunque no entendamos una historia concreta, simplemente por cómo el cerebro interpreta esos sonidos.