El silencio en la música no es un vacío, sino una herramienta emocional. Las pausas activan la expectativa del oyente y preparan al cerebro para el siguiente sonido. De hecho, la respuesta emocional más intensa ocurre justo antes de que la música regrese.

Muchos compositores usan el silencio para generar impacto, dramatismo o sorpresa.

👉Dato curioso:

En una balada, cuando la música se detiene justo antes del último coro y regresa con más fuerza, el efecto emocional se siente más intenso que si hubiera seguido sin pausa.